Si, si!!! Ya sé que hace muchísimo tiempo que no paso por acá ni a saludar. Han sido meses de mucho trabajo y eso me quitó casi todo el tiempo libre del que disponía. Marco y yo compramos en Febrero una fábrica de pasta que manejamos entre los 2 y contamos con la ayuda de su mamá los fines de semana. La fábrica está en la otra punta de la cuidad y por cuestiones económicas nos quedábamos todo el día allá para abrir tanto a la mañana como a la noche. Es que realmente no era redituable ir y venir, además no nos daban los tiempos, si hubiésemos querido hacerlo. Finalmente, con el paso de los meses, nos dimos cuenta de que abrir por las noches era inútil y extremadamente agotador. A esto se le suma el hecho de quedé embarazada en ese período y el cuerpo me responde cada vez menos jaja (¡ni se imaginan lo que me cuesta agacharme con la panza!). Dicho esto creo que ya queda claro que ahora tengo las tardes un poco más liberadas y que por ende pretendo volver a escribir mis amadas recetas, espero quieran volver a seguirme a pesar del abandono. Pido disculpas y apelo a su buena onda!!!
¡Comencemos!
Como les contaba recién, este año no he tenido ni mucho tiempo libre ni mucha energía; así que casi se me va el invierno sin prepararle a mi hermoso marido su comida preferida… preferida desde que se la presenté hace 3 años. Pero un día me dije: si pretendo que esta comida sea MI comida (para que mi hijo/a un día diga “mi mamá hacía tal comida y era un espectáculo”) tengo que dársela desde la panza. Y lo hice.
La receta que les traigo hoy es una que aprendí en la escuela de gastronomía en la que cursé mi carrera. Corría el segundo año y estudiábamos las recetas típicas de cada país. Al llegar el turno de Grecia, nos enseñaron esta receta que en forma y preparación se asemeja mucho a una lasaña, pero les aseguro que el sabor es de otro planeta. Por otro lado, es una excelente manera de hacerle comer berenjena a un niño, es un vegetal difícil para una criatura, al menos a mí no me gusta NI UN POQUITO! Pero en esta preparación, se me hace agua la boca.
Rinde para 4 porciones
Ingredientes:
Berenjenas 2 grandes
Carne molida 750gr
Cebolla 2 o 3
Puré de tomate
Manteca 50gr
Harina o fécula 50gr
Leche 500cc
Muzarela 300gr
Preparación:
Lo primero que debemos hacer, y si lo hacemos un día antes mejor, es cortar las berenjenas en fetas a lo largo de unos 5mm de espesor. No es recomendable que queden muy finas. Luego hay que colocarlas en sal gruesa para quitarles todo ese jugo amargo que tienen y que hace que los chicos las detesten. Dejarlas unas horas en reposo para que el procedimiento se lleve a cabo y luego enjuagarlas con agua fría. Secarlas bien y cocinarlas en una plancha bien caliente. También se pueden hacer en una sartén común o bien en el horno. Una vez doradas de un lado se dan vuelta y se doran del otro lado. Reservar.
Picar la cebolla en brunoise (recuerden que tienen el glosario a la derecha de la receta) y colocar en una olla con un chorrito de aceite caliente. Una vez que la cebolla esté transparente incorporamos la carne molida y luego el puré de tomate. Se debe obtener una salsa de consistencia similar a una boloñesa, es decir, bastante espesa, casi sin líquido. Condimentar con sal y pimienta blanca. Reservar.
En otra olla colocar la manteca a derretir y luego incorporarle la fécula y revolver constantemente hasta obtener un roux rubio. Agregar la leche y seguir removiendo con cuchara de madera hasta desarmar todos los grumos y obtener así una salsa bechamel, condimentarla con sal, pimienta y nuez moscada.
Armado:
Colocar en una fuente para horno un poquito de aceite y adherirle pan rallado (como cuando enharinamos un molde para torta) para evitar que las preparaciones se peguen a los bordes y base del molde. Luego poner una capa de las berenjenas sobre el molde, una capa de boloñesa, una capa de bechamel y un poco de la muzarela. Continuar armando capas hasta que se termine la fuente. Agregar un poco de queso sardo rallado al final del armado para gratinar. Llevar a horno por unos 30 minutos para calentar la preparación. Servir bien caliente y a ¡chuparse los dedos!
Nota: la boloñesa se hace con carne de cordero, pero si es muy caro o difícil de conseguir se puede preparar con carne de vaca tranquilamente.
