miércoles, 27 de octubre de 2010

Ravioles caseros

Hola a todos!!! Ayer por la tarde Marco me invitó a cenar, me propuso llevarme a Carlos Paz aprovechando que, gracias al censo, ninguno de los 2 tenía que levantarse temprano hoy. Entre una cosa y otra se hizo un poco tarde, salimos de casa pasadas las 11 de la noche. Fue por eso que decidimos quedarnos en Córdoba, aunque de haber sabido que había tanto tránsito en el centro habríamos ido a Carlos Paz y habríamos llegado más rápido. En fin, cerca de las 12 de la noche llegamos a un reconocido e importante restaurante de pastas (me moría por comer pasta!). Entramos y nos cruzamos con uno de los mozos en la puerta quien por cierto nos saludó casi amablemente. Nos sentamos en una mesa para 2 que encontramos. Estaba recientemente desocupada. Quedaban botellas, servilletas, migas, etc. Esperábamos algún mozo que viniera a retirar todo y ofrecernos la carta. El mismo mozo de la puerta, el que nos saludó cuando entramos, se acercó a la mesa y se llevó las botellas. Dejó para nosotros las migas y todo lo demás. Estuvimos 15 minutos esperando que nos atendieran y en ese momento vi a otro mozo recibir una pareja que entraba y llevarlos hasta su mesa. Me pareció que habíamos esperado más que suficiente así que nos fuimos. Dábamos vueltas en el auto sin idea de algún lugar a donde pudiéramos ir. Cuando pasamos por calle Belgrano recordé que cerca de ahí había un restaurante que siempre había llamado mi atención por mucho tiempo pero tenía olvidado al no pasar frecuentemente por ese lugar. Entramos. Es un lugar chico. No muchas mesas y casi todas grandes, como para 6 personas. Quedaba una mesa para dos y creo que era la última mesa libre. Nos sentamos ahí y empezamos a observar el lugar. Muy acogedor, ambientado como un restaurante tanguero. Una pista en el centro donde la gente bailaba tango, hacía pasos medianamente estudiados y cambiaban de parejas. Un ambiente muy agradable. No pasaron ni 2 minutos desde que nos sentamos y ya teníamos al mozo en la mesa acercándonos la carta. Cuando decidimos lo que pediríamos, el mozo se acercó con el “apettizer” que consistía en un escabeche de vegetales acompañado por unos grisines chatos y unos bollitos de pan caliente. En ese momento nos informó que nuestros platos estaban marchando y que tardarían sólo unos minutos. Efectivamente, en menos de 10 minutos tuvimos nuestros platos de ravioles en la mesa. Estaba tan rico que decidí pasarles la receta de unos ricos ravioles.

Ingredientes:
Masa:
Harina 600gr
Huevos 4
Aceite 4 cdas
Agua 120ml
Sal c/n

Relleno:
Tomates concasse italiano 4
Muzzarela picada 200gr
Nueces picadas 120gr
Sal y pimienta.

Procedimiento:
Masa:
Formar una corona con la harina y colocar la sal sobre ella. Poner en el centro el huevo, el aceite y el agua. Mezclar los ingredientes líquidos con la harina de a poco. Amasar hasta obtener un bollo parejo, liso y bonito. Dejar reposar el mayor tiempo posible para poder estirar con facilidad. Este es el secreto para poder hacer pasta en casa aún sin tener una máquina para estirar la masa.

Relleno:
Picar todos los ingredientes lo más chiquito que puedan. Mezclar todo y condimentar.

Armado:
Estirar la masa bien finita. Hay que tener en cuenta que en la cocción la masa crece y no queremos obtener ravioles gigantescos, pura masa. Por eso hay que ser pacientes con el reposo de la masa y su estirado.
Una vez estirada, colocamos la mitad de la masa sobre la mesada y ponemos el relleno sobre ella haciendo “bolitas” separadas aproximadamente por 3cm entre una y otra.
Colocamos la otra mitad de la masa arriba y aplastamos suavemente con el costado exterior de la mano para darle forma a los ravioles y pegar la masa (se puede pintar con agua la masa inferior antes de poner la otra para que adhiera mejor. Cortamos con un cuchillo y cocinamos. Se colocan en abundante agua hirviendo.

DATO: no agregar aceite al agua de cocción ya que eso impermeabiliza la masa y no le permite absorber el sabor de la salsa.
En cuanto a la salsa para esta receta, pueden utilizar la que más les guste: de tomates, crema con queso, de hongos como la de la receta anterior, lo que quieran. Se pueden servir apenas rociados con un poco de aceite de oliva y así podremos saborear el relleno mucho mejor.

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